Opinión Crítica

El libro Vacas, cerdos, guerras y brujas nos muestran una serie de curiosidades y enigmas culturales aparentemente irracionales, que a medida que se exponen en el libro el autor nos transporta a cada una de las distintas culturas para así entender las verdaderas razones del porqué de sus actos desde un punto de vista objetivo.

M.Harris, con tal de demostrar su tesis, nos muestra distintas casos “raros” tanto actuales como curiosidades pasadas, algunas de carácter irracional. Además, con tal de hacernos entender mejor sus argumentos, Harris, contrastan distintas opiniones de de diferentes autores, economistas o antropólogos, que estudiaron las temas tratados en el libro.

La técnica llevada a cabo por el autor muestra una perspectiva materialista de las distintas culturas, las cuales se instauraron y adoptaron distintas formas de interpretar el mundo en el que viven según el momento económico y social por el que están inmersos. Sin ánimo de mediar en la opinión del lector y haciendo el uso del respeto durante todo el libro, resulta un gran placer, tratar temas que crean tanta polémica gracias a las técnicas utilizadas por Harris.



¡ A la HOGUERA!!


Durante los últimos tres capítulos del libro, M. Harris se centra en el concepto de brujería y la caza de las brujas producidas, sobretodo, en la Europa medieval. Marvin explica como a las Brujas se les obligaba a declarar todas sus fechorías como los pactos que realizaban con el demonio, o por qué volaban hasta los aquelarres. Muchas de ellas confesaban o acusaban a gente inocente para poder ser excluidas de ese “delito”, y así se llegaba a maltratar a esas personas inocentes con el fin de que fueran ellas la que confesasen su brujería.

Así se llegó a la locura de las brujas, donde todos se acusaban unos a otros aunque antes de dictar sentencia se intentaba verificar esas acusaciones. Como castigo, a las calificadas como brujas se les condenaba a morir quemadas en la hoguera y era la propia familia de esta la que tenía que cubrir los gastos, enriqueciendo así a la Iglesia, que veía esta locura como forma de recaudar dinero. La extensión del fenómeno de la brujería se extendía por todas las ciudades, pero Europa fue la más afectada, donde llego a convertirse en una obsesión.


Por último, Marvin Harris hace referencia a un “retorno” de la brujería. Explica como, en la sociedad actual, la gente cree en fuerzas sobrenaturales que rigen nuestras vidas y que nos impiden centrarnos en los aspectos materiales y racionales de nuestra vida, ese es el denominado retorno de la brujería. Como un inciso, el autor lo relaciona todo con las pseudociencias ya que las personas se pueden ver influenciadas por falsas ciencias. En antaño, la mentalidad de gente era muy corta y no se poseían grandes conocimientos por el cual era bastante fácil tener engañada a la población con simples temas que no contenían nada de veracidad.

De Mesías, promesas y realidades sorprendentes

Esta entrada, está dedicada íntegramente al resumen de los capítulos seis, siete y ocho.

En el sexto capítulo, titulado "El 'cargo' fantasma", el autor, Marvin Harris, nos intenta dar cuenta de la ignorancia de los pueblos indígenas frente al 'poder' o 'superioridad' de los hombres blancos. No se trataba de que no comprendieran los principios del sistema, como creían los europeos, sino de que eran inaceptables para ellos, pues podían ver que los grandes hombres no trabajaban mientras que para ellos adaptarse al sistema significaba trabajar a cambio de una miseria. Los nativos creían que tenían derecho a esa riqueza que veían pero que no disfrutaban, puesto que la producían trabajando para el hombre blanco, y ese era el secreto que encerraba el cargo.

En el séptimo de los capítulos del libro, titulado "Mesías", la historia se centra en la promesa de Yahvé, que prometió que el reino de David perduraría para siempre, pero esta se desmoronó después de la muerte de David. El lugar escogido para el desarrollo de este gran imperio, constituía un pasillo militar que recorrían los grandes ejércitos de la antigüedad de los egipcios a los romanos pasando por babilonios, sirios, persas y griegos entre otros. El gran misterio era porqué no se había cumplido la promesa de Dios, y su pueblo había sido esclavizado y sometido repetidas veces. La respuesta no fue otra que los judíos tampoco habían cumplido su promesa, al violar las leyes sagradas y practicar ritos impuros. Cuando estos borraran sus pecados, serían perdonados y un nuevo príncipe vendría a vengar a su pueblo y construiría un imperio eterno. Dichas profecías se realizaron en un contexto de guerras de liberación contra el sistema colonialista explotador. Como eran llevadas a cabo por Mesías militares tenían el apoyo popular.

En el último capítulo de esta entrada, es decir, el octavo del libro, se describe la realidad desconocida de Jesús. Jesús de Nazaret, no era tan pacífico como se pensaba desde tiempos remotos. Cuando la popularidad de Jesús creció, inició su predicación en Jerusalén, era el Mesías de una pequeña nación y su príncipe de la guerra aparentemente inofensivo, descendiente de David. Al menos dos de sus discípulos tenían apodos que los vinculaban con los combatientes: Simón, el zelote y Judas Iscariote. La figura de éste no se perfeccionó hasta mucho más tarde, cuando el evangelista Pablo quiso sentar las bases para el culto pacifista. Lo que el autor intenta explicar en este capítulo es que los escritores de los Evangelios, como Pablo, cambiaron el equilibrio hacía la figura de un “Mesías pacífico”.

¡Quiero el prestigio!


El potlatch, práctica de consumo y despilfarro, tenía como objectivo principal donar o destrir más o menos riquera al rival. Así exiviendo sus pertinencias, las demás tribus sabian lo poderosos que eran ,y se de esta manera consiguian ganarse prestigio en frente de las otras tribus, que era por lo único que eran motivados.


Cada jefe debe ser capaz de justificar su estatus de superioridad. En cambio, en la región de Nueva Guinea, este estatus en debido al número de festines realizado durante su vida. Todo el prestigio es la consecuencia de trabajo y esfuerzo realizado por hombres. Su estilo de vida está basado en la reciprocidad que es una forma de intercambio económico adaptada a condiciones en que un esfuerzo productivo extra tendría un efecto negativo como son los pueblos cazadores y recolectores que dependen del estado de su hábitat para sobrevivir.

Macho, macho, macho!


Una demostración de la superioridad masculina es el infanticido femenino, que es practicado por distintas sociedades primitivas. Otra prueba son las guerras, que además aumentan paralelamente a la ferocidad de los hombre de las sociedades primitivas. Y esto requiere más hombre con tal ferocidad. Al mismo tiempo, aumenta la agresividad, la explotación hacia las mujeres y la poligamia.


Todo esto, provoca una mayor pérdida de mujeres, ya que algunas debido al constante abuso físico de los hombres, llegan incluso a matarlas. Esto, tiene relación en la necesidad que muestran algunos varones en demostrar que son capaces de matar. Además, los varones se apoderan de todo el monopolio de los alucinógenos, ya les proporciona visiones sobrenaturales o les ayuda a calmar el miedo o el dolor debido a las constantes conflictos existentes.


Según el autor, los conflictos, son debidos a las falta de proteinas. Debido a esa falta, las mujeres son obligadas a criar un mayor número de varones, ya que en un futuro serán los respnsables de traer proteinas.

¡¡Estalla la guerra!!


Las guerras primitivas, según el autor, se basan en una causa prática, ya que, los pueblos primitivos comienzan las guerras cuando carecen de alternativas mejores a sus problemas. El ejemplo con el que se basa el autor es el de los Marling, que la atribuyen a la venganza de actos violentos.


Se explica, que las guerras son un mecanismo que ayudan a mantener un equlibrio ecológico de las poblaciones humanas. Ya que se explica que cuando la población empieza a acercarse al punto de insuficiencias calóricas o cuando empieza a crecer y consumir a un ritmo que degradará la capacidad del medio ambiente, la población llega al llamado “límite de sustentación” del hábitat. La mayoría de sociedades primitivas poseen mecanismos de regulación de la capacidad de sustentación, y uno de esos mecanismos, es la guerra( el autor nos aclara que no sucede lo mismo con le guerra moderna).


Por otro lado se expone la poligamia, que es practicada por los Marling. Gracias a la ella, las mujeres son las destinadas a las tareas hotícolas. Además se explica que debido al combate intensivo, hay una mayor crío de niños en vez de niñas. Esto es debido a que un mayor número de hombre, en un futro, marcará una mejor defensa en frente del enemigo.


Muchos de esos grupos, practican el infanticidio femenino encubierto, ya que, biológicamente hablando, son muy valiosas. Según el autor, la guerra es una manera de regular la población, además de una estrategia de adaptación vinculada a condiciones tecnológicas, demográficas y ecológicas específicas, y no como como el resultado de la ira humana.

Oink Oink! (gruñido de cerdo)



La porcofobia es el odio por los cerdos y al porcofilia es, por el contrario, el amor a los cerdos.
Para los musulmanes y los judíos los cerdos son animales prohibidos, en este caso porque los consideran como animales abominables e impuros, por eso se alimentan de otras carnes como las de vaca, ternera…

Antes de la época renacentista, el cerdo era considerado como un animal sucio y propenso a contagiar enfermedades, más adelante muchas investigaciones demostraron que la carne de cerdo era la cusante de la tuberculosis y esto hizo que el rechazo que ya se tenía a este animal, subiera.

Ademá, existen diversos estudios sobre los cerdos, algunos de los cuales consideran que los cerdos eran símbolos totémicos en distintos clanes, incluso el Corán y la Biblia condenaron al cerdo porque las crías eran consideradas una amenazan para el ecosistema y para la cultura del Oriente Medio.

Increiblemente, más adelante, el cerdo se convirtió en un animal de lujo.
En América y China estaba la porcofobia, adoraban tanto al cerdo, que era considerado como uo más de la familia. En canvio, a diferencia de las vacas en los Hindúes, el sacrificio, formaba parte de esa adoración. Así como el Maring, que matan a los cerdos para celebrar la victoria de una guerra.